Es Diari Menorca | Mª Rosa Ros-Bárbara Salvá-Edurne Uribe – 25/08/2012
Esta frase se repite una y otra vez en distintos medios como una letanía cristiana o un mantra budista. Con ella se afirma y sugiere que “todos” nosotros hemos vivido derrochando dinero, acumulando deudas, que hemos vivido una vida de lujos y consumo desenfrenado que ahora nos pasa factura y tenemos que pagar. Ahora bien, la repetición constante de una frase no la convierte en verdadera. La frase “vivir por encima de nuestras posibilidades” u otras similares esconden algunas incógnitas e imprecisiones que conviene aclarar.
Cuando los bancos ofrecían créditos a los ciudadanos no tenían la intención de hacer ningún favor ni facilitar la vida de la gente. Su motivación, era, de acuerdo con la finalidad de un banco, ganar más dinero cobrando las comisiones e intereses por el dinero que prestaban. Y lo hicieron.
En ese momento ni los bancos, ni los economistas, ni los políticos hacían juicios de valor sobre el estilo de vida de los clientes o ciudadanos. Al contrario la disponibilidad de crédito para comprar una vivienda o artículos de consumo era estimulada por los propios banqueros, los políticos y por el entorno social y difundido en los medios de comunicación social sobre la conveniencia del crecimiento económico basado en el consumo.
Quienes aprobaban y estimulaban el crecimiento económico por el consumo, a través del endeudamiento privado con los bancos, son los que ahora, en forma de reproche moral, como si hablaran con niños pequeños, que no pueden razonar, acusan a la población de haber vivido por encima de sus posibilidades.
Pero, reflexionemos… ¿Quién ha vivido por encima de sus posibilidades?
¿Los pensionistas? Ellos han cotizado por las pensiones que están recibiendo; la actualización de las pensiones está sometida a controles gubernamentales estrictos, muchas veces por debajo de la subida del coste de la vida. Además, como todos los consumidores, sufren las subidas del impuesto al consumo (IVA)
¿Los inmigrantes? Ellos, aunque con distintas situaciones administrativas, están sometidos también a las normativas vigentes laborales y fiscales que regulan tanto los ingresos de los trabajadores como el consumo que realizan.
¿Los trabajadores? Sus ingresos están sometidos a toda una serie de regulaciones, normas y convenios.
¿Los empleados públicos? Ellos tienen también sus ingresos bajo una serie de normas, regulaciones y leyes que ajustan sus ingresos.
¿Otros colectivos? ¿Los discapacitados, los dependientes, los parados?
Se nos dirá…, pero entonces ¿todo ha estado bien? ¿Nadie ha vivido por encima de sus posibilidades?
Estamos afirmando que esta frase forma parte de un discurso que inunda los medios de comunicación social y con ella se pretende culpabilizar a, precisamente, la gran mayoría de la población y sus sectores más vulnerables.
En cambio hay sectores de población, a los que no se alude con dicha frase, que sí han vivido por encima de nuestras posibilidades: por una parte los que han provocado y mantenido la burbuja inmobiliaria, promotores, asesores, intermediarios, oficinas de recaudación, profesionales liberales, bancos, algunos políticos; por otra parte todo el entramado especulativo y financiero que caracteriza la economía nacional e internacional.
Es necesario que nos informemos en distintos medios (prensa, radio, internet) que huyamos de explicaciones simples y estereotipadas, que se repiten una y otra vez con el fin de conseguir que creamos el discurso oficial sobre la llamada “crisis”. Estamos ante una estafa de grandes proporciones y es necesario que, al menos, lo sepamos.
Bárbara Salvà
Edurne Uribe
Mª Rosa Ros
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